martes, 21 de octubre de 2008

La competencia digital en el currículo de Primaria

Conclusiones generales

Según lo expuesto en el Real Decreto de Enseñanzas Mínimas, el tratamiento de la información y la competencia digital está garantizado en la mayoría de las áreas, además de que debe de estar compuesto por docentes responsables, autodidactas y autónomos a la hora de elegir y utilizar la información y las herramientas tecnológicas. Se ha de tener especial cuidado en elegir las herramientas que permitan ofrecer mayores posibilidades a los alumnos, al maestro, y a la asignatura en general, así como hay que preocuparse por que estas sean las más eficientes a la hora de transmitir la educación deseada.

Sin embargo en áreas como la Educación Física, Educación para la Ciudadanía o en las Matemáticas el uso de Nuevas Tecnologías no es tan común como debiera, limitándolas a búsquedas de información y tratamiento de esta o representación de situaciones relacionadas con la materia. Por ello se debe mencionar que en el Currículum no se nombra el verdadero valor de las nuevas tecnologías para ser usado a la hora de crear conocimientos, y no solamente como un medio simple de ayuda o consulta.

Centrándonos en las diferentes áreas que forman el currículo nos damos cuenta que se manifiesta una necesidad de la competencia digital y de su contribución específica, dependiendo de la materia, pero analizando los contenidos y los criterios de evaluación se aprecia que esa presencia tan nombrada en los objetivos brilla por su ausencia, siendo las didácticas tradicionales las que dominan en su mayoría (y a veces casi por completo) las distintas áreas.

Conclusión personal

Gracias a esta tarea he podido comprobar que el tratamiento de la información y la competencia digital todavía permanece en un plano más teórico que práctico, dejando áreas como las matemáticas o la educación física, donde prácticamente no se emplean con excesivo énfasis, aisladas de la competencia digital. Esto puede tratarse a la reticencia de algunos docentes a la hora de formarse en el empleo de nuevas tecnologías y a su formación en el ámbito, prefiriendo, tal vez, la lección magistral.

Por otra parte se aprecia la “intención” de introducir dentro de las diversas área el conocimiento tecnológico e instruir a alumnos y docentes sobre la imperiosa necesidad de obtener conocimientos sobre las nuevas tecnologías para no quedarse desfasados y lograr una educación más enriquecedora y actual. Y por su parte los discentes tienen a su disposición actividades de refuerzo, de ampliación de conocimientos y programas enfocados a sus respectivas áreas que pueden proporcionarles conocimiento adecuado a ese momento y una base que les sirva en el futuro.

En definitiva, es imprescindible que los docentes estén a la “última”, siendo conocedores de las nuevas tecnologías y, sobretodo, de como poder aplicarlas con cierta utilidad dentro de las aulas. Esto podría alterar la sesión cotidiana de una clase cualquiera, convirtiéndola en una experiencia novedosa donde todos los miembros de la clase pueden aprender los unos de los otros de una manera práctica y amena, y donde se forjarán ser humanos capaces de vivir (no sólo sobrevivir) en esta sociedad de acelerados cambios tecnológicos.

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